El manga abarca una amplia variedad de géneros, y llega a públicos diversos. Constituye una parte muy importante del mercado editorial de Japón y motiva múltiples adaptaciones a distintos formatos: series de animación, conocidas como Anime, o de imagen real, películas, videojuegos y novelas. Cada semana o mes se editan nuevas revistas con entregas de cada serie, al más puro estilo del folletín, protagonizadas por héroes cuyas aventuras en algunos casos seducen a los lectores durante años. Desde los años ochenta, ha ido conquistando también los mercados occidentales.
Dibujo manga simple
El manga nace de la combinación de dos tradiciones: La del arte gráfico japonés, producto de una larga evolución a partir del siglo XI, y la de la historieta occidental, afianzada en el siglo XIX. Sólo cristalizaría con los rasgos que hoy conocemos tras la Segunda Guerra Mundial y la labor pionera de Osamu Tezuka.
Las primeras características del manga pueden encontrarse en el Chōjugiga (dibujos satíricos de animales), atribuidos a Toba no Sōjō (siglos XI-XII), del que apenas se conservan actualmente unos escasos ejemplares en blanco y negro.
Dibujo de Toba no Sōjō
- Los primeros mangas infantiles (1923)
- Las bibliotecas de pago, que llegaron a constituir una red de 30.000 centros de préstamo que producía sus propios mangas en forma de revistas o tomos de 150 páginas.
- Los libros rojos, tomos de unas doscientas páginas de papel de baja calidad en blanco y negro, cuyo rasgo característico eran sus portadas en color rojo y su bajo precio. Esta industria pagaba a sus artistas sueldos próximos a la miseria, pero a cambio les otorgaba una amplia libertad creativa.
Los años 1920 y 1930 fueron muy halagüeños, con la aparición y triunfo del kodomo manga (historietas infantiles), como Las aventuras de Shochan (1923) de Shousei Oda/Tofujin y Los Tres Mosqueteros con botas en la cabeza (1930) de Taisei Makino/Suimei Imoto.
En 1945, las autoridades de ocupación estadounidenses prohibieron de manera generalizada este género.
Tres mosqueteros con botas en la cabeza
- Nacimiento del manga moderno (1945)
Osamu Tezuka, un estudiante de medicina veinteañero apasionado de los dibujos animados de Fleischer y Disney, cambiaría la faz de la historieta nipona con su primer libro rojo: La nueva isla del tesoro, gracias a la aplicación a la historia de un estilo cinematográfico que descomponía los movimientos en varias viñetas y combinaba este dinamismo con abundantes efectos sonoros.El éxito de Tezuka lo llevó a las revistas de Tokio, particularmente a la nueva Manga Shōnen (1947) que fue la primera revista infantil dedicada en exclusiva al manga, y en la que Tezuka publicó Astroboy. En estas revistas impuso su esquema de epopeya en forma de serie de relatos y diversificó su producción en múltiples géneros, de los que destacan sus adaptaciones literarias y el manga para chicas o shōjo manga.
Un año después, Shōnen desapareció y los libros rojos agonizaron. Entre ambos, y por obra de Osamu Tezuka, habían puesto los pilares de la industria del manga y anime contemporáneos.
Portada de la revista Manga Shōnen
Portada de la revista shōjo manga
- La expansión internacional (década de 1990)
En 1988, gracias al éxito de la versión cinematográfica de Akira, basada en el manga homónimo del dibujante Katsuhiro Otomo, publicado en 1982 en la revista Young Magazine de la editorial Kōdansha, la difusión internacional del manga comenzó a aumentar de forma explosiva. El gran éxito de esta película en Occidente venía precedido de una tradición en aumento de emitir anime japonés en las cadenas de televisión europeas y estadounidenses. Ya en los años 60, Osamu Tezuka había vendido los derechos de emisión de su primer Astro Boy a la cadena estadounidense NBC consiguiendo un éxito notable entre la audiencia infantil. Posteriormente, se sucedieron las series de animación Mazinger Z, Great Mazingero Grendizer, siendo esta última un estallido mediático en Francia, donde se la conocería como Goldorak. Todas ellas se basaban en las historietas del mangaka Gō Nagai, actual magnate de un imperio de distribución editorial. En la década de 1980, empezaron a destacarse series de otra índole, como The Super Dimension Fortress Macross, parte del compendio de series conocido en Occidente por Robotech, obra de Carl Macek, o la revisión de Osamu Tezuka de Astroboy pero en esta ocasión vuelta a filmar en color y con aires más modernos. A ésta se sumó la saga épica Gundam.
Otro de los autores más relevantes en este apogeo mediático de finales de los ochenta y principios de los noventa, fue el mangaka Akira Toriyama, creador de las famosas series Dragon Ball y Dr. Slump, ambas caracterizadas por un humor picante, irreverente y absurdo (aunque la primera de ellas se caracterizó más por un contenido de acción que de humor). Tal fue el éxito de estas dos obras que en algunos países europeos llegaron a desbancar de las listas de ventas al cómic estadounidense y nacional durante bastantes años. Este fenómeno fue más marcado en España, donde Dragon Ball vendió tantos ejemplares que se la considera la historieta de origen extranjero más vendida de la historia.
Serie Astroboy.